Pirámides de Gizah

En casi todos los paises del mundo hay un monumento que siempre es identificador de ese país. Y de todos ellos si hay alguno que se convierte en emblema nacional posiblemente sean las Pirámides de Gizah (o Gizeh o Giza).

Las tres pirámides fueron construidas cada una de ellas por un faraón, siendo la primera y más alta de Keops, la segunda de Kefren, y la tercera y de menor tamaño, de Micerinos.

La Gran Pirámide fue terminada en torno al año 2570 a.C. El nombre sin duda no es un antojo, ya que con sus aproximadamente 230 metros en cada lado, y una altura de 136 metros (originariamente 146), fue la construcción más alta durante siglos, hasta que fue superada por las agujas de la catedral de Colonia.

La pirámide de Kefren, fechada a mediados del siglo XXVI a.C. es, aparentemente, de mayor tamaño que la Gran Pirámide, pero todo se debe a un efecto óptico, ya que encontramos que sus medidas son ligeramente inferiores a su "hermana mayor", con una altura de 143 metros (sólo 3 menos que la anterior), y un lado de 215 metros. Cabe destacar el complemento de este complejo funerario del faraón Kefren, nada más y nada menos que la Esfinge.

Por último, la "pequeña" de la familia, la pirámide de Micerinos. No pasa desapercibida junto a las dos grandes pirámides, y no por sobrepasarlas, sino por constituir un pequeño agregado a ellas, ya que con 66 metros de altura, y 103 de lado, la pirámide de Micerinos parece desentonar dentro del basto complejo de Gizah. Sin embargo, juntas forman la única maravilla del mundo antiguo que sigue en pie.

Situadas en la meseta de Gizah, las pirámides siempre han despertado teorias (unas más inverosimiles que otras) sobre su construcción. Siempre ha sido idea universal que su construcción fue llevada a cabo gracias a la barata mano de obra que suponia el emplear esclavos. Sin embargo, y aunque no se puede descartar en absoluto la presencia de la esclavitud, hoy en día sabemos que a la hora de construir estos impresionantes monumentos fueron en su mayoría trabajadores, contratados con un salario a cargo del faraón, quienes participaron en la construcción. También se conoce la procedencia de las piedras: canteras de la propia Gizah, granito rosa de Asuán, y caliza blanca de Tura.

Sobre su construcción, la teoría más aceptada hace pensar que poco a poco se fueron levantando las pirámides gracias a rampas a través de las cuales, situadas en los lados de las construcciones, se iban rodando las piedras que luego formarian toda la estructura piramidal. Por supuesto, de lado queda la teoría, siempre recurrente en la antigüedad, de construcciones extraterrestres. Algo que es alimentado por la exacta correspondencia de los vertices de las pirámides con los cuatro puntos cardinales.

Cuentan que cuando Napoleón Bonaparte dirigió las campañas militares contra Egipto, delante de las pirámides, arengo a sus tropas con la famosa frase: Soldados, recordad que desde lo alto de estas pirámides, cuarenta siglos os contemplan. Cabe pensar, porque no, que el emperador francés estaba él mismo entusiasmado contemplando las pirámides.